Nunca había visto un show completo de Ganbare Pro, no sé quién rayos es Ohka, Sasaki si es de mis luchadores deathmatch favoritos, pero el punto es que me involucré completamente en la acción pese a no tener ningún contexto ni entender el idioma. Ohka es el claramente el héroe local, o al menos alguien muy importante en la agrupación, y se nota que no es luchador de deathmatch. No tengo idea que lo habrá llevado a esta situación, me lo imaginó reventando el primer tubo y como se escucha el ruido de la cinta, todo se detiene y se escucha su voz en off diciendo “te preguntarás como llegué a este lugar”. En fin, lo genial de esto es que ni siquiera hay redención, pero vamos por parte. Los primeros minutos son excelentes, Ohka trata de mantener la lucha en su terreno y evitar tocar los tubos, y la gente está MUY nerviosa de que eso ocurra, la “gente” por cierto, en su mayoría son integrantes de la agrupación, lo que le da más ambiente a todo. La espera tiene recompensa, cuando Ohka cae sobre los tubos el ambiente se vuelve dantesco, y de ahí en adelante todo es masacre, Ohka sufrió todo lo que puede sufrir con tubos, y la lucha se basa en verlo pararse una y otra vez pese a no tener opción alguna, y verlo ilusionarnos constantemente con un comeback que nunca llegó, y sólo recibió spots cada vez más y más brutales hasta que terminó cayendo derrotado. La pasión de Ohka fue brutal, un extenso sacrificio de dolor y sufrimiento, y cada vez que conectaba un puñetazo se sentía más grande que la vida misma gracias a la historia que contaron. Un deathmatch debe ser simple, emocionante y a veces sin tanta parafernalia ni muchas armas. No recuerdo el último deathmatch que me haya gustado a este nivel en Japón. MOTYC sin duda.
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