Estos dos ya habían dado, para mucha gente, una de las mejores luchas del año el 4 de Enero, de hecho LA lucha del año para muchas personas, o al menos para la mayoría que votó en el Wrestling Observer, porque salió lucha del año. Aquí se vuelven a encontrar en el G1 Climax en una lucha donde el que gane pasa a la final. A veces el bookeo de NJPW es extraño pero con estos dos siempre hacen las cosas bien, que jugada más inesperada, y que regalo para los fans ver otro clásico de ambos. La lucha mantiene la química que hay entre ambos. Esta vez, como en todas las últimas que han tenido, Okada es el Ace (por más que Tanahashi tenga un horrible tema de entrada que diga lo contrario), así que fue el que recibió más castigo y tuvo un comeback final. Básicamente Tanahashi le castigó la pierna toda la lucha, acompañado de algunos castigos al cuello y la zona media, para preparar la Frog Splash, Okada atacó principalmente con Dropkicks, lo cuál es genial porque las patadas voladoras son lo que mejor hace, así que dedito hacia arriba a Okada atacando con Dropkicks. Mejor aún, cuando el castigo a la pierna fue mucho, Okada cambió la estrategia y fue por la tumba y el Rainmaker. Esto nos llevó a una secuencia final donde referenciaron sus últimos enfrentamientos, con Okada sosteniendo el brazo de Tanahashi para dar dos Rainmakers, y Tanahashi ejecutando la Frog Splash dos veces seguida. Ninguno fue capaz de derrotar al otro, y finalmente llegó el tiempo límite que envió a Goto a la final, luego de tanto especular si veríamos Omega vs Tanahashi de nuevo (al fin), o si Okada vs Omega sería ahora. Siento que esta lucha fue mucho más lucha libre que la de Enero, que fue más espectáculo. En fin, yendo al punto, esta lucha es increíble, es el evento estelar de NJPW llevado a lo máximo que puede dar ese formato. A estas alturas creo que lo negativo que puedo decir de ambos es que por su culpa un montón de luchadores intenta realizar la misma lucha que ellos.
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