Sasha y Charlotte dieron una Hell in a Cell vieja escuela hace un par de años, con una historia en torno a una caída, la idea de que la lucha se suspendía, y ambas intercambiando spots a duras penas al volver al ring. Esta celda fue en modo Ruthless Agression, más basada en la idea de una lucha violenta sin escapatoria, como sería Triple H vs Batista, sólo que sin sangre en estos tiempos. Aún así, cumplió con la idea de tener a las dos sacando millones de armas e inventando millones de formas de hacer spots que asesinaran a la contrincante. Sasha, como es lógico, sufrió la peor parte, pero sus spots ofensivos, aunque pocos, fueron bestiales, sus doble rodillazos tuvieron una prolijidad increíble para alguien tan desarmada como Sasha, y el golpe en la silla enganchada en la celda fue brutal. He estado algo desencantado de Becky Lynch post Wrestlemania, pero acá sobrevivió una noche más. En cuanto a Sasha, desde su lucha con Ronda que extrañaba una performance así, nivel Sasha del 2016.
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