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No uno, nos dos, sino que por lo bajo seis guatones brawlers en una sola lucha, qué más se puede pedir. La lucha empieza como una lucha ordenada donde todos demuestran que hacen movidas absurdas para su tamaño, y luego se vuelve una brawl alrededor de toda la arena y ahí si que escala a niveles geniales, llueven sillas, movidas en la rampa, y la gente rebalsa felicidad viendo esto. De vuelta al ring hay unas movidas en parejas que pueden haber alterado los sismógrafos. La mejor lucha que he visto de la Puerquiza Extrema, esto era lo que esperaba de toda esta gente, muy conforme.
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