Esta lucha es la consagración de Tanahashi como el estelarista definitivo de NJPW, como el nuevo ícono de la agrupación, con el que nuevas generaciones de fans crecerán y creerán en la magia del Puroresu. A los japoneses les costó mucho, mucho, creer en luchadores peso pesado con la imagen de Tanahashi, que es casi un crucero. Muchísimo más que lo que costó en occidente pasar de gigantes musculosos a Daniel Bryan y CM Punk. Tanahashi, más astuto y visionario que el resto, siempre supo leer que esa era la tendencia de la lucha libre a nivel mundial, y así le devolvió a NJPW el lugar que perdió. Pero algo faltaba, y era una lucha grande un 4 de Enero, ojalá derrotando a una leyenda de renombre. Esa leyenda es Keiji Mutoh, que luchó en el primer show del 4 de Enero y parece increíble que 17 años después venga a pararse frente al muchacho que pretende ser el nuevo Ace de la promoción y sacarle la lucha de su vida hasta este punto. Pero así fue. Mutoh no necesita hacer mil movidas, Tanahashi tampoco, esto fue sicología pura, con Tanahashi siendo castigado por sus propias Dragon Screw por parte de Mutoh, que le hizo como 20 mil, y eso hizo que Tana tuviese que recurrir a cambiar su estrategia y atacar el cuello y zona media de Mutoh para buscar construir el camino a su Frog Splash. Lucha de mucho castigo zonal, patadas y llaves a las piernas, a la zona media, rendiciones dramáticas, etc. prácticamente una pauta de lo que sería el nuevo estilo de NJPW mezclando lo mejor de los golpes del Strong Style con una sicología propia de un clásico de WWE. Esta lucha fue universalmente aclamada en una época donde el Wrestling Observer no estaba cubriendo NJPW (de hecho, en Puroresu Central salió 3ra mejor lucha del año) y consagró este nuevo estilo de la agrupación como lo mejor que se estaba haciendo en el mundo, y aún pareciera que nadie lo derriba.
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