Lucha de la Attitude Era, pero mejor que la Attitude Era. A ver, cuando uno piensa en lo bueno de esa época, en general recuerda una lucha que solía tener la estructura de recorrer la arena y tener un par de spots grandes, y un final repleto de intervenciones, golpes al árbitro, y quizá un turn para darle toda la emoción posible. Esta lucha hace prácticamente todo eso, pero tiene varios detalles que le dan puntos extra. De partida, que no es 1999, así que una lucha de este estilo resulta muy llamativa en el contexto actual. Segundo, que uno de los dos luchadores es el cantante latino más famoso del momento. En WWE han pasado muchas celebridades, varias probablemente más grandes que Bad Bunny, pero nunca WWE había tenido la suerte de poder hacer luchar a una celebridad en su mejor momento. Bad Bunny no es un cantante retirado que quiere pasarlo bien con su hobbie de infancia, el tipo está en su momento, en el clímax de su carrera, y está luchando en WWE, es una en un millón. Y por último, WWE hace algo que ha hecho MUY pocas veces en su historia que es hacer un dream match para un público distinto al redneck, y lo hace en el país de los luchadores y les dio de regalo miles de referencias a su universo luchístico, y por supuesto, el pop de Carlito y sobre todo, el de Savio Vega, son inolvidables. La lucha en sí además es buenísima porque Priest es un talentazo, diría que hasta lo encuentro subvalorado, casi nunca se le menciona y el tipo es consistente, creativo y violento, y Bad Bunny, por todo lo expuesto, impresiona y seguirá impresionando lo bien que lucha, es que por sobre todas sus características, el carisma, el poco miedo a recibir movidas, en fin, lo más impresionante para mí es lo bien que vende, vende mejor que varios estelaristas actuales que no mencionaré para mantener la alegría de este post, porque al final eso fue esta lucha, pura alegría, puro fanservice, puro espectaculo, y de la mejor forma posible.
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