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El opener que deberían tener todos los shows grandes. Ocho jóvenes con ganas de hacer feliz al público, buena interacción de rudos y técnicos, excelente dominio rudo, desarmando a cada uno de sus cuatro rivales por largo rato, hasta un comeback espectacular y bien innovador porque llega con saltos desde la entrada y movidas en la rampa, para luego terminar con la inevitable serie de lances de todos los involucrados. La gente es feliz, cada movida se siente y se aplaude, casi no hay relleno, es una lucha algo extensa a ratos quizá, pero cuentan una historia y no es simplemente ir a volar y ya. Me gustó bastante.
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