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Una obra de arte cocinada a fuego lento. Mi impresión hasta ahora es que Yumi Ikeshita es una especie de sicópata dentro de esta pequeña luchadora que podría matarme con el dedo meñique, pero mi sorpresa fue ver que acá se encontró, de la nada, con una rival peor. Sin embargo, esto no fue esa brawl intensa a mil por hora que amo del Joshi de esta época, sino que fue una lucha super metódica que de a poco se convirtió en una oda a la violencia. La lucha es muy técnica, es ruda, llena de golpes y forcejeos, pero esencialmente es muy de llaveo, de llevar a la oponente a la lona y esforzarse por salir o dar vuelta la llave en una cobertura, y Nancy es la que lleva la ventaja y fuerza la lucha a tiempos mucho más lentos durante varios minutos. Los intentos de salir de ahí de Ikeshita, llevan a algunas secuencias en las cuerdas y patadas voladoras, y hasta breves secuencias bajo el ring, incluídos unos Body Slam bien brutales, que empiezan a escalar todo. Pero el cambio de tono de la lucha lo trae Nancy, que al verse algo más complicada saca un arma que lleva en su ropa, no sé que diablos era, pero parecía como un abrelatas. Me encanta que el árbitro la revisa y ella esconde el arma varias veces, y luega la usa para atacar unas 3 o 4 veces a Ikeshita, ante los gritos del público. El árbitro sigue sospechando de ella sin poder atraparla con el arma, y la lucha simplemente ya escaló a algo más intenso, Ikeshita responde atacando con todo, buscando varios suplex de distintos tipos y colores, incluso haciendo algunos ataques con ayuda de las cuerdas, y entre toda esta idea y vuelta de ataques, con la gente muy prendida con la lucha, llegamos al tiempo límite.
Ni siquiera alcanza a haber un anuncio final ni nada, porque ambas se atacan luego de la campana, y bajan a lanzarse sillas, literalmente, entre la gente. Quien supongo que es el comisionado de acá, o lo que sea, le da 5 minutos más a la lucha, lo que demuestra que para pedir más tiempo luego de un empate, los luchadores deberían sacarte cresta y media, y nada de hacer tonteras como animar al público a pedir 5 minutos.
Las chicas de staff y los árbitros ni siquiera son capaces de hacer que ambas vuelvan a su esquina y esperen la campana. En medio de ese nivel de odio, el árbitro decide dar por empezado el tiempo extra, y es un despliegue de violencia por 3 minutos que me hace sentir que toda la lucha valió la pena. Se lanzan a las sillas del público, se lanzan sillazos entre ambas, etc. una absoluta locura, que termina porque Ikeshita entra al ring antes que su rival y se lleva la victoria por Count Out.
Me cuesta mucho recordar una lucha que pasara de la técnica más pura a la violencia más descarnada tan orgánicamente, esto fue extenso, épico, y al mismo tiempo, viendo los minutos finales, también hubiese funcionado como 5-10 minutos muy violentos. Realmente increíble el talento de ambas, de mostrar ese deseo por ganar y después ese deseo por dañar a la rival. Excelente lucha.
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