Final del Torneo de UK de WWE. Dunne había atacado a Bate luego de su lucha semifinal, misma estrategia que ya había utilizado para ganar los 4tos de final, por lo que esa es la historia que tenemos. Bate llega lesionado del hombro así que Dunne se concentra en esa zona. Bate tuvo que luchar más desesperado y veloz que en sus luchas anteriores del torneo, más técnicas y calmadas, buscando el momento justo para conectar un golpe. Acá no, Bate tuvo que correr con todo, sacar a Dunne del ring, hacer ataques aéreos, propinarle una lluvia de golpes, y arriesgar su salud recibiendo movidas de poder en la zona del hombro constantemente, incluyendo el Bitter End, que nos dio la nearfall de la noche. Al haber hecho todo y no poder ganar con su trademark, Dunne buscó la rendición de Bate con un Triangle Choke, y Bate sacó fuerzas sobrehumanas levantando a Dunne con su hombro lesionado para darle un bombazo, y luego finiquitarlo con el Brainbuster más bestial que he visto en WWE, rodillazos y la Tyler Driver 97. El drama que construyeron aquí fue como si Dunne y Bate hubiesen sido villano y héroe en un feudo de años, y la lucha en si misma si bien fue rápida y efectista, tuvo sicología y una buena historia, lo que demuestra que se puede hacer algo más rápido como dicta una “lucha crucero” de WWE sin descuidar todo lo bonito de la lucha libre. Este fue de esos momentos en que se junta buen guión, con buen talento y con un público ad-hoc. Probablemente esté en las listas de mejores luchas del año.
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