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Mi vida necesitaba ver a Suzuki en una lucha que consistiera casi exclusivamente en golpearse. Makabe está teniendo el segundo aire que nadie espero y contó una historia notable de resistir y aguantar todo el vendaval de Suzuki para al final recuperarse y golpearlo de vuelta tantas veces hasta que ganó. Makabe jugó el rol de forma increíble, la forma en que cae y se levanta, sumado a la sensación de que hace rato no da una gran lucha y que mucha gente no lo quería ya en el G1, originaron una sinergia entre la lucha el público y el final donde Makabe quiere demostrar que aún puede y golpeando brutalmente al golpeador más brígido de esta zona, hasta lograr derribarlo, generó un dramatismo notable para una lucha que en el papel fue muy simple en cuanto a su desarrollo. Había olvidado lo bueno que podía ser Makabe, MiSu sigue siendo lo mejor de NJPW.
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