No recuerdo la última vez que Finn Balor me entretuvo. Probablemente en su reinado de NXT o contra Lesnar, bueno, da lo mismo, si algo le ha hecho bien es su camino en el JD que al principio parecía que iba camino a un stable serio y oscuro y terminaron siendo unos rudos humorísticos, y acá ya derechamente es una lucha de comedia, con buenos spots y todo lo que quieran, pero es un combate para pasarlo bien y esperar intercambios con el público, y golpes con los rudos afuera del ring quejándose como una caricatura, y todo ese tipo de cosas, cuyo clima es indudablemente el duelo entre la Yesca y el Demonito, que me gusta mucho porque es un momento viral, pero que tiene sentido en el feudo, los personajes y la lucha, no parece algo sacado de la nada sólo para el reel como pasa tantas veces en WWE, de hecho diría que esta lucha se sintió en general como la lucha familiar, graciosa, de espectáculo, como quieran decirle, que mucha gente tiene en la cabeza que es lo que WWE debería hacer bien, y en general resulta ser puro cringe, y acá en México fue oro puro.
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