Siempre he sentido que el mejor deathmatch suele ser el más cercano al backyard. Por supuesto que hay luchas violentas en escenarios grandes que me gustan, pero el deathmatch como tal, usar herramientas corto punzantes prácticamente sin ninguna moivda de lucha libre, es algo que funciona mejor mientras más rústico sea el contexto. Macuarro parece un caballero que sacaron del bar de la esquina mientras discutía si era mejor Martin Vargas o Mike Tyson, y al mismo tiempo se ve como alguien que puede morir en cualquier momento que como alguien que le puede sacar la cresta a cualquiera con una mano atada a la espalda mientras se fuma un cigarro. Es demasiado badass para ser cierto, y demasiado preocupante al mismo tiempo. Sobredosis no tiene piedad alguna con él, de hecho diría que Macuarro recibió por paliza la mayoría de los spots acá, hay un bombazo en un auto pero es que demente, pero lo mejor de la lucha viene de los golpes, los machetazos, las botellas rotas, golpes con el poste, y varios, demasiados, billetes corcheteados en el cuerpo de los luchadores. Esto fue asqueroso e incómodo a ratos, lo que en otras palabras significa excelente. Para esto veo Zona 23.
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