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Qué grande es Suzuki por la cresta. Se supone que en este punto del año aún Nakajima no estaba consolidado como el héroe indiscutido de NOAH que es hoy, e intentaba ganar confianza para llegar a ese lugar. Suzuki tenía un reino de terror sobre NOAH con su team Suzuki-Gun, y aquí sale a castigar duramente a este millennial sublevado. Desde un principio a Suzuki le da igual Nakajima, no respeta el clean break, lo ataca como quiere y le daña el brazo duramente. En el intertanto aprovecha el sufrimiento de Nakajima para darse vueltas, saludar a la cámara, arreglarse el pelo, en fin, un rudo de siete suelas y gran turismo. Nakajima intenta darle machetazos con el brazo adolorido y claramente no tienen ningún efecto, Suzuki se limita a reir y sigue maltratándolo hasta que se aburre y decide acabar esto con su Cradle Piledriver pero Nakajima lo revierte con un Back Body Drop y le da un tremendo Saito Suplex a Suzuki. Nakajima comprende entonces la razón de su existencia, tiene un momento de esos del animé en que recuerda toda su vida y a Kayo Sama diciéndole que si está en problemas use la fuerza de sus patadas. Luego de unas 3 mil millones de patadas, ambos oponentes maltrechos se atacan el uno al otro como dos gigantes al borde de sucumbir pero Nakajima, más jóven y rápido, sorprende a Suzuki con el Brainbuster y se lleva la victoria. Si bien el final fue medio de la nada, fue realista, como toda esta lucha, Nakajima no tenía por donde y de a poco fue ganando terreno y le dieron una credibilidad enorme a su comeback, no surgió de la nada sino que simplemente aguantó el chaparrón hasta pillar una estrategia. Gran lucha, Suzuki es un maestro y Nakajima se convirtió en una estrella, quizá la mejor del año en NOAH.
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