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He visto muy poco de Alejandro Sáez haciendo del Mostro, y lo poco que he visto es muy bueno. Es divertido ver un luchador que normalmente es de esos con hartas movidas bonitas, hacer un monstruo vieja escuela que resiste todo y ataca lento pero seguro. Broek recibió la paliza de su vida aquí, me encantaron sus expresiones faciales, su intento de aparente seguridad y confianza ante el rival, luego su sorpresa cuando le sacan la cresta, su instito sicópara al pegar de vuelta con los tubos sólo para ser atacado de vuelta y quedar sangrando y sufriendo. El público se apiada del pobre Broek, que para más remate al menor intento de regreso recibe ataques de los amigos del Mostro. Al final esto se vuelve casi incómodo con el Mostro cortándole la frente con los tubos, y finalmente triunfa con un bombazo sobre tubos fluorescentes. Excelente paliza, los dos estuvieron genial en su rol, la lucha chilena necesita más cosas así de inclinadas hacia un lado de la balanza, todo es parejo y termina con muchos conteos de dos de lado y lado, una buena paliza como esta parece un arte perdido por estas tierras, estuvo notable.
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