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Estos últimos años me han sorprendido varios luchadores que pensé que su carrera había alcanzado el máximo hace rato y no iba a volver a verlos dando clásicos. Samoa Joe quizá sea el mejor ejemplo, pero sin duda alguna Marufuji se lleva el cetro. Nunca pensé que el 2018 iba a ver la que quizá sea la mejor lucha de su carrera contra un inspiradísimo, aunque algo descontrolado Kento Miyahara. En estos días, en que si bien estamos viendo mucha de la mejor lucha libre del mundo, siento que de repente las estructuras de la lucha tanto como su resultado, son muy predecibles, acá estos dos destacaron en ambas áreas con creces. Nadie sabía quién rayos ganaba este torneo, el camino a la final estuvo muy bien construido, y la lucha estuvo lejos del spotfest loco con movidas enfermas que uno podía esperar. Esto fue poético, esto es lo que la lucha libre debe ser en su mejor expresión, dos tipos que salieron de su zona de confort haciendo un combate muy estratégico y original, con Marufuji trabajando el cuello del ring y Miyahara trabajándole el brazo al buen Naomichi, la gente metida en cada llave y en cada conteo esperando la victoria de cualquiera. Las movidas son realmete geniales, el trabajo al brazo inicial de Miyahara es un comienzo de combate digno de Thatcher, con un Marufuji algo sorprendido intentando llevar la lucha al ringside y que sólo logra recuperarse gracias a la fortuna de poder aplicar justo su patada contra el poste. Me encantó que vendieran el spot de inflexión como un antes y un después en el combate y con el pánico de que Miyahara se hubiese lesionado, un Piledriver en el borde del ring que fue recibido con la justicia que merece una maniobra de esa peligrosidad, con médicos y árbitro asustados, sólo para que Marufuji le diera unas patadas voladoras en la cabeza apenas volvió el ring. De ahí en adelante la lucha fue espectacular, con Marufuji convirtiéndose en Negro Casas haciendo unas llaves con buenas dosis de odio y desesperación, su Cobra Clutch hace pensar que ha sido un luchador sumamente de llaveo toda su vida, y Miyahara con su especialidad que son los comebacks y los momentos de adrenalina para buscar la victoria repentina. Me hubiese gustado verlo vender más tiempo el Piledriver, siento que aún le faltan esos pequeños detalles para postular a ser el mejor del mundo que añoran sus fans, sin embargo no alcanza a empañar una performance tremenda y con más sicología que el 99% de las luchas que incluyen Piledrivers en el borde del ring. No puedo dejar de mencionar a Marufuji levantándose furioso a golpear hasta debajo de la lengua a Miyahara, si bien nunca lo había visto tan violento en el llaveo creo que ni siquiera lo había visto así de violento en los golpes, quizá por ahí contra KENTA pero esto fue otro nivel. También debo destacar las dos veces que Miyahara usó el cabezazo como movida de desperación, se vio violentísimo y arriesgado.
En un mundo donde en NJPW rompen mesas y caen de cabeza y siguen luchando como si nada, ver a estos dos intentando rendirse luego de un par de spots brutales me da esperanzas en que el Puroresu puede volver a ese status de los 90 o de NOAH en los 00, o de la NJPW de hace unos años, donde Japón se asociaba al lugar donde había lucha libre realmente pura, técnica, que los efectistas fans de las indies no entendían, con luchadores trabajando con mucha sicología a la vez de movidas enfermas que difícilmente se veían en otra parte del mundo, y golpes que noquearían a cualquier persona normal. Esta lucha tuvo todo aquello y más. Si Miyahara fuera algo más maduro y vendiera un poco más a largo plazo en los combates, esto sería 60 mil billones de estrellas. Como sea, es un MOTYC en cualquier año de la vida, de lo mejor del año sin duda, y puede pelear el primer lugar.
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