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De dónde salió esto, por qué es tan bueno. Me voy a ir a vivir a Puerto Montt. No, en serio, esto es genial. No entiendo muy bien la historia pero esto era una lucha en desventaja originalmente y pasa a ser una tag de improviso con el debut de Remy Azkeel que apareció a ayudar a Pequeño Juan. Esto es sin descalificación, y termina siendo una lucha épica de más de media hora, que jamás pensé disfrutaría tanto. La primera parte de la lucha son dos heel powerhouse, Faraón y Lemmy castigando infinito a Remy, con un montón de maniobras para hacer gala de fuerza. La lucha chilena necesita más gigantes castigando a un flacucho por 10 millones de años, la reacción de la gente para el regreso de Remy es notable y hace valer todo la pena, eso y que Faraón y Lemmy se notan buenos en lo que hacen. Pequeño Juan es mi ídolo desde ahora, es el luchador que siempre quise ver por estas tierras. Es gigante, apenas se mueve, tiene una expresión facial constante de desgano como si le diera flojera salir y tener que golpear a sus enemigos, y no vende absolutamente nada, aunque lo maten 100 veces, el tipo vuelve caminando con actitud de “puta la wea, de nuevo a pegarle a estos weones”. Es básicamente el gigante bonachón que el pueblo necesita, y la gente lo ama, es el luchador que yo amo y el fan de Ricochet promedio detesta. Genial como los rudos intentaron atacar a Pequeño Juan con sicología, castigándole una pierna para frenar al gigante. Pero Pequeño Juan es Pequeño Juan y nada sirve, y deben llevar la lucha al ringside. La brawl en el ringside es muy buena, y el trabajo de cámara también para dar la idea de un caos constante con todos pegándose como si estuviesen en el patio del colegio. Bueno, técnicamente quizá están en uno, no tengo idea, pero se entiende. Obviamente nada sirve porque Pequeño Juan sobrevive a todo, así que deben recurrir a un foul que es lo único que lo frena un rato. Los rudos deben recurrir a atravesarlo por una mesa para ver si así cae definitivamente. Me encantó que vendieron la mesa como si fuera un spot brigidísimo al que debieron recurrir por desesperación y no como un arma que usen a los 5 minutos de lucha. Con pequeño Juan dañado el pobre Remy tiene que recurrir a sus instintos suicidas para salvar la patria hasta que se recupere y lo hace genial. Obviamente Pequeño Juan se recupera por millonésima vez y tenemos un pequeño final caótico, con golpe al árbitro y todo, que culmina en una lanza de Pequeño Juan a Fara{on en una mesa, que era la forma en que esperaba que terminara la lucha desde que empezó. Me encantó como mantuvieron un ritmo pausado, vendieron bien los castigos, el rol de todos estuvo excelente, Pequeño Juan como el bruto que vuelve y vuelve, los dos rudos haciendo las movidas bonitas de la lucha, y Remy como un loco que sólo va y pega golpes desesperados y ataques aéreos a lo que caiga. Necesito más de esto en mi vida. Excelente lucha y no sé si recuerdo otra lucha de más de media hora en chile que me haya gustado tanto.
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