Esto es lo esperable al leer los nombres y la estipulación. Otra rutina frenética de rendiciones inglesas y mil y un reversals durante 20 minutos, hasta que Quak pide seguir sin tiempo límite hasta que uno de los dos gane. Las cosas cambian un poco de tono con algo de uso de las cuerdas y una Superkick frenada, pero Quak con juventud y malicia logra ganarle, al fin, al bueno de Kid. Lo pasé muy bien viendo esto, los dos son espectaculares, pero me faltó ese momento en que Quak se picara y la lucha se pusiera más brígida como ocurrió el 2016. Como sea, siempre apoyaré el revivir un arte muerto como este tipo de luchas.
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