Me encanta la idea de que Shingo nunca se topó un peso pesado enfurecido como Hino en Dragon Gate. Quizá habían 2 o 3 pero ya los tenía dominados. Hino está enojado y le dan lo mismo los pergaminos de Shingo y da la lucha de su vida golpéandolo de vuelta brutalmente y castigándolo como loco. Shingo no renunció a su estilo y tenemos una excelente lucha de poder a poder de dos golpeadores donde Shingo no se resigna a que la diferencia de peso lo llevara a su inevitable derrota con tanta movida de poder que recibe. Muy entretenida.
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