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Nunca he visto a ninguno de los dos, pero Moriyama se llama WHITE lo que se agradece porque hace más fácil esta reseña. La historia es simple, es una lucha muy técnica donde Izuchi tiene el ímpetu de la juventud, faltándole el respeto a White, peleándole al ras de la lona, pero siempre buscando apoyo de una que otra movida de poder cuando se ve perdido. Izuchi es relativamente feliz, sólo recibiendo uno que otro golpe, hasta que su rival toma una de sus piernas, y ahí cambia todo. White le da un castigo a la pierna que es de locos, no lo deja escapar, vuelve y vuelve a la zona, hasta sufre un German Suplex entre medio y aún sí White regresa a tomar esa pierna y buscar la rendición. Hay varios golpes bien brutos entre las llaves, pero lo más notable es como White no deja que tenga un segundo de descanso, la visual de Izuchi golpeándolo una y otra vez, sin que White detenga la llave a la pierna es una postal muy buena de la lucha, y de toda la secuencia final que es así, sufrida y llena de golpes y más golpes por si acaso. Excelente lucha.
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