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Esta es de las mejores luchas chilenas que he visto en el año. Es tan simple todo, no sé si funcionaría en otro contexto, pero admiro el deseo de contar una historia frente a un público muy casual que sólo quiere ver violencia o que golpeen al árbitro, y terminan involucrándose en la lucha. Este es un duelo de powerhouses que pensé que iba a ir por el mismo camino que la lucha con Kain, pero lo cierto es que toda la lucha está determinada por el trabajo al brazo de Lobo sobre Nataniel. Hay duelos de golpes y grapples, pero siempre Lobo vuelve a atacar esa zona, o bien Nataniel no logra capitalizar porque el dolor le impide levantar a Lobo o simplemente lo hace ser más lento, lo que aprovecha Lobo para golpear antes de que llegue el golpe de Nataniel. La lucha va escalando en violencia y grapples, Lobo empieza a verse perdido ante un Nataniel que usa el otro brazo o bien aguanta el dolor en una ráfaga de ofensiva, y en un momento más de desesperación que estratégico usa al árbitro de escudo para que reciba un Lariato. Siempre será una gran cosa de la lucha libre los árbitros que sobrevenden, que nunca mueran las tradiciones. El final es un poco Dusty Rhodes con Lobo intentando usar el título y fallando, y luego, con un Lariato descomunal es derrotado por Nataniel. Amé la lucha, son dos brutos peleando en un bar a ratos, pero a la vez está la estrategia del castigo al brazo. Obviamente si alguien quiere una lucha perfecta con todo bien ejecutado no creo que la encuentre acá, algunos golpes no son tan pulcros o contrastan mucho con otros mejor conectados en la misma lucha, y por ahí alguna finta o corrida a las cuerdas se enreda un poco, pero las peleas no son bonitas, son sucias e imprecisas, porque la idea es dañar al otro como se pueda, y se transmite la sensación que están peleando y eso es sello de calidad en este blog.
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