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En Japón viven manadas de osos salvajes, y de cuando en cuando los machos alfa de su manada se pelean por territorio. Esa es mi explicación de esta lucha. Me encanta que se planteara de principio a fin como dos monstruos intentando ver quién es el que manda. Pero vamos con la lucha en sí, la historia es genial, Sekimoto intenta hacer su pega de siempre con duelos de machetazos o de antebrazos pero Hino viene a luchar y nada de leseras, y al poco andar aprovecha los espacios que Daisuke deja por creer que esto es NJPW, y le castiga el brazo y el cuello. Este tipo de luchas quizá requiere más paciencia que una lucha efectista, pero la recompensa es mayor. Denle una oportunidad y aprecien el extenso esfuerzo de Hino para mantener controlado a Sekimoto, y de este último buscando cada espacio posible para contraatacar e ir de a poco recuperando terreno. Demás está decir el esfuerzo enorme por levantar al rival y no ser levantado, el spot del Torture Rack es increíble, Sekimoto usa una fuerza sobrehumana para tener a Hino levantado y éste se defiende a golpes en la rendición. La tendencia en lo que sigue de la lucha es más o menos la misma, Sekimoto levantando a Hino, y éste contraatacando, y luego Sekimoto escapando de todos los intentos de Hino por darle un bombazo, lo que hace que cuando finalmente lo logra, se siente como el spot más brutal de la historia de la humanidad. Sekimoto sobrevive y la fuerza de ambos ya está agotada y sólo alcanza para darse Lariatos, algunos incluso desde el piso, terminado exhaustos apenas intentando cubrirse cerrando un combate épico, una guerrera de animales salvajes, pesados y brutos. Luchaza.
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