Me encanta que Connelly haya hecho parte de su gimmick las Dog Collar. Esta es distinta a los baños de sangre y sufrimiento que le he visto, esto fue más una brawl desquiciada entre dos brutos tan brutos que se niegan a vender y resisten y resisten castigos, cada vez más brutales. La intensidad de la lucha es una bola de nieve que termina en una serie de ataques desesperados para tratar de derribar al otro, con el público aplaudiendo cada vez con más ganas a medida que ven aumentar la violencia. Es un divertido y hermoso espectáculo.
¡Sígueme en Twitter para que sepas cuando publico algo nuevo.