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Algo que me pasa en general con la lucha libre chile, es que el público es super violento y hace ser más violentos a los luchadores. Es algo así como el monstruo del Festival de Viña, pero el de los 90, que debe ser la expresión cultural chilena que más detesto, el asunto es que si pasan unos 5 o 10 segundos sin que en el ring no ocurra nada “entretenido” la gente se comienza a impacientar. En general el público quiere ver que los luchadores se maten, de cualquier forma, ya sea pegándose fuerte, lanzándose por los aires o dándose sillazos. No hay paciencia para el llaveo, ninguna en absoluto, a menos que sea un grappling muy rápido como Límite, Gárate o Billy Rocka por decir algunos, pero aún así siento que el ánimo del público los hace apurarse. Tiene que ser un feudo muy extenso, luchadores muy populares con la gente o una lucha muy importante para que la gente esté atenta a una lucha que cuenta una historia. De hecho, mi lucha chilena del año, Gárate contra Macho, es exactamente esto último que describo, y claro, la estipulación de Iron Man ayuda. Ok, me alargué demasiado, pero necesitaba explicar todo eso para que se entienda por qué me gustó TANTO esta lucha, y la razón es obviamente esa: Fue una lucha simple, donde contaron una historia, muy vieja escuela, hay dormilonas con tiempo, llaves al brazo que duran lo suficiente, y ambos venden haciendo notar el dolor que les causaron esas llaves. Para que la lucha pueda ir fuera del ring, se peguen en las sillas, e incluso haya una movida en la galería, debe haber historia previa, debe haber habido antes castigo suficiente y frustración como para llevar a George a buscar esa victoria por Coun Out, y me hizo feliz ver eso y que no fuera de la nada. Es un show gratuito, con público casual sin mayores pretensiones así que parece ser el ambiente ideal para mostrar esto, y diría que si bien es poco público, respondió muy bien, al principio no están pescando mucho pero terminan aplaudiendo y metidos en la lucha. Me encanta que no pierden nunca el humor que caracteriza a ambos personas, que de vuelta al ring una STO sea una nearfall, y que George vuelva al castigo al brazo con que empezó la lucha. La historia es redondita, todo lo que hacen, no es ni espectacular ni nada, pero tiene un propósito y está bien hecho, y últimamente es lo que más espero ver en la lucha nacional. De mis favoritas de la escena local que hace mucho no me cautivaba.
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