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Un poco de historia: FMW comenzó como un sueño demente de Onita de llevar la lucha hardcore que vio en Puerto Rico a Japón. Lo demente es que se le ocurrió hacerlo en el contexto de un feudo de karatekas y luchadores. Sí, yo tampoco le veo sentido, pero triunfó. El asunto es que en ese contexto se le ocurrió traer artistas marciales de otros lados del mundo para que hicieran luchas por rounds. En defensa de Onita, por mala que suene la idea, se nota al ver los videos que funcionó con el público en varias ocasiones, que tuvo algunos deportistas de renombre dando vueltas, y que mal que mal NJPW terminó llevándose algunos e integrando lucha real/MMA en su agrupación, lo que tuvo éxito un tiempo y luego se fue al diablo, pero eso ya es otro problema.
En fin, en este tiempo loco, tenemos a Lee Gak Soo, un karateka coreano, y a Sambo Asako, un luchador con gimmick de…adivinaron, luchador de sambo. Sambo Asako es lo mejor que existe, toda esta locura de Onita en general fue un desastre, pero las luchas de este gordito todas pero todas valían la pena. Acá el público, no sé por qué, AMA a Lee Gak Soo, que hasta hace un truco de partir una roca antes de la lucha (que le costó harto hacerlo, pero debo decir que se vio más cool), y Lee masacra a patadas al pobre Sambo, pese a que este logra bloquearlo un tanto, pero al final rompe su bloqueo, sacando OOOHs del público cada vez que parece que lo va a noquear. La lucha es por rounds a lo UWF o WOS. De a poco, Sambo logra agarrarle la pierna a Soo, o bien aprovechar un error para derribarlo y llavearle las piernas para reducir la fuerza de sus patadas. La lucha se vuelve una infinita secuencia de patadas y de repente una llave que podría ser letal. Repiten la fórmula como 10 veces pero la gente está tan metida y la tensión de que en cualquier momento se acaba por KO o rendición está bien hecha, pese a constantes descoordinaciones de Soo en los ataques, creo que no alcanzó ni a apagar al público ni a quitarle credibilidad. Al final Sambo no logra pararse en una cuenta de 10 luego de varios intentos de KO. No sé si decirles que esto fue una buena lucha, pero a mí al menos me mantuvo atento y entretenido los 15 minutos que duró, pero es algo muy distinto a los estándares de lucha actuales, y quizá también de la época y puede ser muy difícil de digerir. Pero lo que es a mí, loco, cualquier lucha de Sambo Asako es un placer. Tómenlo como una parte de la historia, un intento de llevar el “shoot wrestling” a otros formatos, que en algo tiene que haber influenciado a tantos Matt Riddles de la historia.
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