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Esto es una verdadera pelea de odio y no esas coreagrafeadas luchas “violentas” en que caminan de un momento de alto impacto a otro. Amo esta lucha porque se siente natural, son dos tipos brutos golpeándose con lo que encuentran y lanzándose de un lado a otro a pura fuerza sin ninguna estrategia clara. Lashley parece ser el que más intenta ir por la lucha libre pero Steiner es un viejo cascarrabias que se defiende a punta de fouls (tres seguidos) para retomar el control, sillazos y golpes sin asco ni técnica alguna. No me interesa la ridícula trama original de esto, pero todo se ve como si Lashley hubiese estado hablando a favor de Obama en un bar y llegó Steiner a decirle que no le falte el respeto a Bush y empezó esta mocha. El Frankesteiner de Scott es desquiciado para alguien de 48 años con más músculos que ganas de vivir. La parte backstage es genial, me encanta que Lashley golpee a Steiner en los brazos con un tablón de madera que me hace pensar si estaba planeado así, las mesas destruidas también parecen víctimas de la situación. Pero lo mejor es el final, cuando todos esperaban un spot “grande” o una caída de muy alto desde la mesa de transmisión en español, Scott gana con un TUBAZO directo a la cabeza de Lashley que hoy en día haría estremecer a cualquier médico de WWE, y probablemente estaría bien que fuese así, qué quieren que les diga. Una joya de lucha violenta, me recordó a gente como Kevin Sullivan.
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