Ranking Meltzer: ****
El 2008 es uno de los mejores años que recuerde de WWE, al menos en la escena de los títulos máximos y el camino a Wrestlemania estuvo excelente, con esta lucha como lo mejor que pasó en todo ese proceso. La historia aquí está demasiado bien hecha, Jeff Hardy venía en el mejor momento de su carrera, con un empuje merecido y dando luchas buenas como nunca, Umaga estaba establecido como un monstruo imparable, JBL enfeudado con Jericho, y Triple H que había visto volar alto su oportunidad en el Royal Rumble gracias a Cena, y era su única opción de llegar a Wrestlemania. El combate es increíble, Michaels tomó el rol de Triple H de recibir los spots y volver dramáticamente a intentar sacar a alguien, Jericho estaba en su mejor momento luchístico el 2008/2009 y acá lo demuestra con una presición cuando ambos comienzan la lucha recordándonos la gran química que tienen. Cuando entra Umaga la lucha sube aún más de nivel, el tipo fue el monstruo que debía hacer destruyendo a todos contra la jaula y los vidrios, cumpliendo el rol que generalmente hace Kane en esta lucha, pero de mucha mejor forma. JBL entra y es eliminado al poco andar por Jericho, y vuelve a vengarse dándole sillazos a todos, de esta forma la sangre tuvo efecto sobre la lucha y el público, y no apareció de la nada como en las anteriores Chambers. La secuencia de eliminaciones, incluyendo la Swanton desde lo alto sobre Umaga, nos lleva rápidamente a Triple H vs Jeff Hardy, lo que me pareció lógico ya que todos habían resistido lo que dura una lucha promedio. Triple H y Jeff supieron darle emoción al final, pese a que Triple H era fácilmente el más evidente, Jeff se dio el gusto de sacudirse del Pedigree, una de las movidas más protegidas de WWE, demostrando la importancia que le dio la empresa en este punto, y creando ilusión de que el final podía ser diferente. Un clásico olvidado, gran lucha.
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