Cinco estrellas para las entradas de esta lucha. Si bien no estuvo a la altura de Roode vs Nakamura o Hideo Itami, me gustó esta lucha y me sigue gustando la fórmula de los eventos estelares de Roode, se sienten distintos a las luchas que en general presenta NXT en la cartelera, y agradezco ver un evento estelar de los años 70, con los dos luchadores trabajando concienzudamente una parte del cuerpo del rival (en este caso la espalda de Roode, y el cuello de McIntyre), y tardando como mil años en tener al rival suficientemente dañado para poder arriesgarse e intentar una maniobra, lo que en general, sobre todo en las luchas de Roode, nos lleva a 3-4 minutos finales endemoniadamente emocionantes, y aquí no fue la excepción. Tampoco entiendo a los que dicen que esta lucha mata al público, es una lucha para seguir concentrado, y yo siempre veo a la gente atenta, aplaudiendo en cada llave para que el rival se libere, con algunos gritos a favor de ambos en los careos, y al final siempre el ambiente es brutal cuando ambos deciden empezar a buscar la victoria. El final, como siempre con Roode, fue excelente, y amé como perdió por una mezcla de desesperación y orgullo, al no poder ganar con el DDT, e intentar buscar dos para asegurar la victoria, lo que era innecesario y le permitió recibir la brutal bota de McIntyre. Al igual que con AoP también sentí que apuraron un poco esto, pero es porque NXT tiene pocos TakeOver al año, así que se perdona, pero el reinado de Glorious fue excelente y creo que merecía una lucha más. Muy buena lucha, espero que Roode lleve su vieja escuela a Smackdown.
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