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De lo que he visto de Bruno Sammartino, no me parecía un luchador particularmente vistoso en cuanto a hacer muchas movidas y ese tipo de cosas, pero sí una fuerza superior de la naturaleza que el público amaba. Esta lucha mantiene esa sensación y de paso es de esas luchas antiguas que tienen cosas que uno dice “ok, esto jamás pasaría hoy en día”. En esta lucha básicamente Bruno supera a Larry en todo, los Arm Drags que le aplica a una velocidad del diablo ante cada movida que intenta hacer son increíbles para el físico de Bruno. Larry sólo termina escapando del castigo botando fuera del ring una y otra vez a Bruno. Irónicamente, cuando Bruno vuelve al ring, Larry es el que arranca, y cuando Bruno lo persigue, lo ataca al ingresar al ring. Larry repite esta fórmula varias veces, la gente está furiosa, hasta que en una salida del ring, Bruno lo agarra. Aquí todo vale la pena, son unos minutos hermosos, la gente se vuelve loca, a Larry se le enreda la pata en la cuerda y está atrapado, y Bruno parece un oso gigantezco que empieza a asfixiar a Larry, el árbitro detiene la pelea, pero Bruno sigue, intentan sacarlo y vuelve una y otra vez. Los gritos de la gente mientras transcurre todo esto es algo que siento que jamás volverá, sé que el público puede ser muy prendido pero acá hay una sensación de que la gente cree de verdad que Larry corre peligro, y eso me encanta, sé que es mejor tener una sociedad con más distancia crítica, pero vaya si que puedo disfrutar de gente viviéndose esto como si fuera real.
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