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Kamitani llegó con muchas luchas buenas bajo el brazo a retar a Okabayashi, el tremendo campeón de BJW, que masacra a quién se le ponga al frente. Esto no es una lucha de igual a igual, Kamitani es el que tiene que demostrar que está a la altura, y Okabayashi le saca cresta y media. Con una paciencia digna de Bret Hart le trabaja las extremidades a su rival, la zona media y el cuello, con varias llaves y con todas las movidas posibles a esas zonas, incluyendo una Torture Rack que el público siguió con atención y empezaron a apoyar a Kamitani. Kamitani atina a buscar que la lucha se vaya a los golpes, que si bien los del calvo son brutales, por ahí su ímpetu joven le da más fuerza que su rival y empieza a emparejar las cosas, hasta que finalmente, con un gran pop del público logra levantar a Okabayashi y castigarlo con Saito Suplex y unos brutales lariatos. El final de la lucha es espectacular e infartante con Kamitani haciendo posible lo imposible soportando todo el castigo, todos los Lariatos, bombazos, Superplex, lo que sea, soportando el castigo que no pudo soportar Ishikawa ni Hama. No importa que no hayan visto nunca a estos dos luchadores, el final es demasiado bueno, con Okabayashi sacando Fighting Spirit, celebrando y haciendo el gesto de que esto se acaba, sólo para recibir una sacada de cresta épica de Kamitani, y luego saca ese Side Suplex de la nada que decapita a Okabayashi y cuentan tres. Ese final es emocionante para cualquiera que le guste un poco la lucha libre, y creo que marca el peldaño que la hace superior a tantas luchas de esto año, principalmente al propio Okabayashi contra Ishikawa. Entran los luchadores a abrazarlo, el público se vuelve loco, faltó que llegara la familia y Don Francisco con un cheque gigante. Grandiosa lucha, un momento que prepararon meses y funcionó perfecto.
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