Hay gente que sólo quiere morir, y estos dos se basaron en ese principio para hacer un feudo de esos feudos locos, esos feudos en que sabes que van a hacer algo desquiciado y que van a estirar al límite los bordes de la credibilidad de la lucha libre. Janela y Rush hicieron eso, se sacaron la cresta de muchas formas posibles en hartas estipulaciones distintas. En general, siempre valoré que contaron una historia en sus luchas, salvo en la última que tuvieron en CZW que fue puro fanservice, sólo spots sin casi nada de lucha previa, y me dejó un mal sabor luego de tantas luchas geniales. Pero Rush se iba a WWE y Janela pasó a ocuparse en GCW y de producir sus propios shows y bueh, se había acabado aparentemente. El destino diría que Janela pasaría a ser mainstream en AEW pero seguiría matándose en las indies, mientras que Rush se fue en malos términos de WWE y daba por terminada su carrera, pero no sin una última parada contra su rival favorito. El destino los llevó así a reencontrarse.
Es muy emocionante ver una última lucha de estos dos, y me gustó que lucharon como si fuera un “big match” pese a ser en un muelle con poco público producto del covid, pero respetaron la lucha libre, tuvieron buenos intercambios de agilidad contra golpes, con toques de lucha técnica, quizá una que otra movida algo fantástica, pero al fin y al cabo la idea de estos dos es que su lucha parezca un videojuego a ratos. Creo que cumplieron con ello, pero no dejó de ser lucha libre, y eso me agrada, hubo una C4 corriendo, un Piledriver, y varias superpatadas, y sólo cuando ambos estuvieron muy dañados empezaron a salir las sillas y las puertas. De hecho, entre tanto objeto y spot, Janela quedó sangrando con un golpe contra el poste en el ringside, simple y muy vieja escuela. La lucha se estira al punto de que nada hace sucumbir a ninguno de los dos y la desesperación los lleva al ringside a buscar movidas más locas entre el público, con estructuras de sillas o mesas, y Janela finalmente arma una estructura de dos pisos con puertas, y termina tirándose sobre ella y Lio Rush desde lo alto de uno de los pilares del centro comercial en que están. Por la cresta, Janela cayó como saco de papas, tiene todo para ser un luchador normal en AEW y vivir de ello, pero ama matarse, el spot fue realmente increíble. Me encantó como se tuvieron que esforzar la vida entera para volver al ring, pero se sacudió del conteo de 3, pero sólo para recibir una patada de KO. Me gustó ese final, las luchas de estos dos están basadas en que resisten todo y más, resistir ese codazo sobre dos puertas habría sido mucho, pero ese Kick Out de Rush lo dejó como alguien especial antes de caer inmediatamente y de forma definitiva.
Esto fue una excelente lucha, por más que sea una lucha llena de Superkicks o C4s, y con spots que requieren preparación y cooperación, todo se sintió natural y progresivo, cada spot es más brígido que el anterior, nunca pasaron el umbral de impacto, y se sintió como algo personal, con golpes dolorosos, todo buscaba dañar al rival, no sólo hacer algo bonito, y además, pese a todas las cosas locas que hicieron, se sintió relativamente pausado y estratégico para el tipo de combate que realizan. Nuevamente, creo que Janela es el ejemplo perfecto de que se puede hacer la movida de alto impacto más enferma e insultante de la historia pero no perder el foco de que esto es lucha libre y por ende debe tener una historia, un inicio, desarrollo y conclusión, y me parece demasiado genial que pueda hacer ambas cosas.
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