Cuando uno creía que el CWC no podía sorprendernos más, llega esta lucha. Esto fue a otro nivel, fue increíble. Kendrick venía de derrotar a Nese en una lucha que la contaron como “veterano que aún se la puede”, y si victoria podría decirse que fue sorpresiva, sin embargo han vendido a Ibushi como el favorito para ganar el torneo, y es prácticamente imposible que Kendrick lo derrote, por más amigo de Bryan que sea y que éste lo apoye en el relato. Por lo mismo, Kendrick salió desesperado y fue heel de principio a fin esta vez, mostrando tácticas innovadora como intentar atrapar a Ibushi en la reja para buscar el count-out. Y luego en el ring, vino lo increíble, que fue el Strong Style Brian Kendrick, ya ni siquiera siendo heel sino que además buscando dañar a Ibushi legítimamente para ganar. La desnucadora en el fierro del poste fue bestial, y luego los antebrazos y golpes a la zona fueron de miedo. Pero Ibushi dijo “espera, yo soy el papá de los pollitos en este estilo” y respondió con patadas y golpes aún más brutales, lo que nos llevó a unos minutos finales del terror con Kendrick incluso haciendo un Burning Hammer para el momento fanboy del torneo y la cuenta más creíble de la vida llegó a 2. Ibushi tuvo que sacar de su arsenal el German Suplex de afuera hacia adentro del ring, que es algo así como aplicar un Kaioken con fuerza suficiente para destruír el mundo. Kendrick sobrevivió, hasta intentó rendir a Ibushi, la gente se emocionó y hasta que apoyó al rudo, pero no alcanzó, la agilidad y fuerza de Ibushi fueron más y la Tiger Bomb selló su destino. Esto fue inhumano, el nivel de castigo que ambos se aplicaron se vio tan peligroso que la emoción que generaron fue brutal sin tener que caer en una serie de movidas locas, la gente gritándole gracias a Kendrick luego de la lucha es el cierre perfecto para hacernos sentir que vimos algo importante. De las grandes luchas del año, la mejor del torneo, y sin duda la mejor lucha en la carrera de Kendrick.
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