Hay ambiente de “big match”, es el regreso de Kota Ibushi y creo que no hay cosa más hermosa el 2023, cuando WWE y AEW se roban todo talento libre que exista, que uno de los luchadores orientales más importantes de la actualidad tenga su primera lucha fuera de lo mainstream en este contexto, en un pequeño show de shoot style con un montón de fans acérrimos que conoce y ama a Ibushi, sólo podría pensar en Mox haciendo algo así. La lucha es todo lo que esperábamos, es como la película Bloodsport, dos strikers intentando noquearse, con harto cuidado de no dejar flancos libres, y cuando los dejan se conectan buenos puñetazos y patadas, pero alguno frena intentando agarrar una extremidad. En ese forcejeo, Ibushi casi sale disparado al poste, terminan fuera del ring, tenemos la serie de patadas de Bailey y hasta un poquito de agilidad de Ibushi, todo muy orgánico en medio de esto, pero finalmente los golpes de Ibushi van siendo más fuertes, y Bailey empieza a quedar groggy y recibe un Regal Plex absolutamente asesino que nos lleva a un último par de minutos con Ibushi atacándolo de varias formas distintas, con cada golpe más brutal que el anterior hasta dejarlo KO con el rodillazo cerrando una excelente presentación que lo llevó a emocionarse con el aplauso del público. Siento más emoción con estos momentos que con la mayoría de historias tipo teleserie tan elaboradas y sobreactuadas en las empresas grandes.
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