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Fácilmente una de las mejores luchas de la historia de EVOLVE. Finlay se había ido de WWE porque como buen irlandés, le recomendó al Miz interrumpir el himno gringo para ser más heel y a algún accionista importante de WWE le molestó, y rodó la cabeza de Finlay. A sus 51 años, y ya trabajando como productor, pensé que no vería más de Finlay en el ring luego de ese despido. En ese lapso pasaron muchas cosas locas (el 2011 fue un año muy loco para la lucha libre), como Bryan Danielson luchando en EVOLVE luego de ser despedido de WWE, y siguiendo la tendencia, EVOLVE anunció el regreso al ring de Finlay en su noveno show, y nada más ni nada menos que contra Callihan.
Callihan era el más bruto de las indies en ese momento, y en una época plagada de aéreos, parecía tener muy pocos rivales en su terreno, y de la nada tuvo la oportunidad de luchar contra uno de los mejores brawlers de todos los tiempos sin discusión. La lucha es increíble y creo que es una de las mejores performance de Callihan en su vida. Básicamente Callihan llegó con todas sus credenciales y fue masacrado por Finlay. Dios mío le sacó la cresta. Sami trabajó excelente desde abajo, recibió todo y se paró una y otra vez sólo a recibir más y todo lo que intentó sólo lo llevó a recibir más castigo.
Finlay luce brutal, es un tipo de un pub irlandés que debe sacarle la cresta todos los días como mínimo a una persona. Le dio puñetazos y machetazos como loco a Callihan, éste respondía con una fuerza tremenda pero a Finlay le daba igual y lo golpeó más y más. Cada momento de esperanza de Sami lo llevó a aplicar una maniobra suicida, mostrando un excelente sentido de urgencia, pero Finlay terminó eaquivándolo, o bien cambiando de estrategia para aplicarle un brutal castigo a la pierna. La visual final con Sami cojeando, adolorido, siendo insultado y humillado por un rival que casi lo duplica en edad es simplemente un bookeo brillante y el talento de dos grandes luchadores. No hay comeback, nada cambia, Finlay es el mejor, aplasta y gana. Y así tenemos una lucha jodidamente épica en un mundo plagado de luchas de trademark vs trademark. Un clásico de esta década.
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