Para entender qué rayos pasó aquí, mi teoría es que Zack perdió una apuesta en que tenía que intentar ir a los golpes con KENTA. O sea ya, la historia de la lucha podría ser simple, la típica en que el más débil va por los golpes hasta que el rival tenga confianza y ahí le empieza a meter llaves de rendición en los espacios que deja. El tema es que ver a Zack haciendo eso ante KENTA se sintió como algo verdaderamente estúpido, en términos científicos le sacaron la cresta y media, pese a que Zack efectivamente logró conectarle rendiciones a KENTA, no sé si se vio como que valiera la pena. De paso, admiro la resiliencia de Zack, que pese a tener la ventaja en varias ocasiones, volvía a los golpes, firmando nuevamente su sentencia de muerte. La lucha se vuelve una cosa sicopática entre ataques directos con rodilla y puños sobre el rostro y nuca de Zack sin ningún cuidado y unas rendiciones que harían parar la lucha a cualquier árbitro de MMA que se precie al ver a KENTA doblado como plasticina. La lucha tiene una cantidad infartante de secuencias épicas entre golpes de KO, rendiciones y coberturas de la nada, con conteos de 2.999 para morirse, y una fluidez y emoción insuperables. De lo mejor que he visto en el año, y creo que hace siglos no encontraba así de buena una lucha de NJPW que no involucre a Minoru Suzuki. KENTA está de vuelta y está furioso. Gran, gran lucha.
¡Sígueme en Twitter para que sepas cuando publico algo nuevo.